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Derechos de los trabajadores y COVID-19: Probando la resolución de las políticas laborales corporativas

 

Los inversores están en una posición única para alentar a las compañías que cotizan en bolsa a cumplir con las expectativas establecidas por los estándares internacionales.

Recuperación económica sostenible

  • Los compromisos globales en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para lograr un pleno empleo productivo y un trabajo digno, se están siendo sacudidos por la recesión económica provocada por la pandemia del Covid-19.
  • La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que casi la mitad de la mano de obra mundial corre el riesgo de perder su medio de subsistencia.
  • La pandemia está resultando ser una tensa prueba de resistencia para las políticas laborales declaradas por las empresas, y una desafortunada aceleración de las tendencias preexistentes hacia el trabajo precario.
  • Los derechos fundamentales del trabajo y los derechos humanos así como los pilares fundamentales de una conducta empresarial responsable, guían a las empresas para mitigar los impactos de la pandemia en la sociedad y la economía, y para apoyar la recuperación. Las organizaciones de expertos ya han emitido recomendaciones focalizadas.
  • Los datos de ISS ESG, consideran un repunte en los compromisos corporativos para minimizar los impactos de la pandemia. Los inversores pueden considerar beneficioso alentar a las sociedades de su cartera a actuar atendiendo a estos compromisos en la medida que sea necesario.

Condiciones de trabajo seguras y saludables

Poco después del estallido coronavirus, la OIT subrayó que “garantizar la seguridad y la salud en el trabajo es indispensable en la gestión de la pandemia y la capacidad de reanudar el trabajo” y emitió orientaciones para ayudar a las empresas a reducir al mínimo los riesgos de contagio en el lugar de trabajo. El organismo internacional continúa con el objetivo de establecer que, en caso de contratarse por exposición en el lugar de trabajo, el CoVID-19 debe considerarse una enfermedad profesional que garantice un mejor apoyo a los trabajadores y a las personas a su cargo en el marco de los programas de seguridad social y seguros. Se ha llamado una atención especial a los trabajadores en la atención sanitaria y a otros servicios esenciales, además de los que trabajan en instalaciones de alta densidad.

Los datos de ISS ESG sobre salud y seguridad en el trabajo controversias relacionadas con el CoVID-19 para el período hasta principios de mayo de 2020 reflejan el riesgo de escalado para la exposición inmediata en ciertos sectores.

Condiciones de Trabajo justas y Favorables

Según la OIT, cerca de la mitad de la plantilla mundial podría quedar desempleada como consecuencia de la pandemia, poniendo de relieve los riesgos que corren los trabajadores en los sectores minorista y manufacturero. En especial riesgo son los empleados que se dedican a trabajos precarios, que son predominantes en sectores como el de la aviación y el comercio minorista, así como los asalariados que evolucionan en la economía “gig”, cuya cobertura sanitaria es claramente deficiente. Si bien la tendencia hacia contratos de empleo precarios no es nueva, el coronavirus está agravando sus consecuencias. La pandemia ha llevado también a un número sin precedentes de personas incapaces de trabajar, bien por enfermedad, cuidado de personas dependientes, bien por un menor transporte público, y la falta de derecho a vacaciones remuneradas ha dado lugar a que muchas familias se enfrentan a la perspectiva de una fuerte caída de los ingresos.

Los datos de ISS ESG muestran que el inicio de la pandemia propició despidos y furgonazos de masa, en particular en las industrias de transporte y venta al por menor. Las controversias recurrentes se refieren al impago por parte de las sociedades de los derechos apropiados, tales como vacaciones pagadas, baja por enfermedad o pagos por vacaciones públicas. Esto es especialmente cierto en el caso de las empresas de logística y los minoristas de internet, que dependen en gran medida de una plantilla subcontratada o de contratistas “independientes”. Como la demanda de estas industrias ha aumentado, la falta de permisos por enfermedad ha obligado a los trabajadores potencialmente infectados a permanecer en el trabajo, no solo imponiendo a ellos paquebotes duros, sino también haciéndolos más vectores de la enfermedad.

Libertad de asociación y derechos de la Unión

OIT considera que los derechos de la unión constituyen un elemento clave para garantizar el respeto de las normas laborales y la realización de todos los demás principios y derechos fundamentales en el trabajo (por ejemplo, la reducción de las desigualdades, la ampliación de la protección laboral y la mejora de las normas de salud y seguridad). Por esta razón, la OIT considera que los derechos sindicales permiten a la OIT. A medida que se produce una crisis pandémica, el papel de los sindicatos como salvaguardas contra deficiencias previamente identificadas en la calidad del trabajo se hace más evidente.

Respuesta del negocio hasta el momento

Aunque la pandemia ha hecho que se produzcan controversias en derechos laborales de una escala sin precedentes y ha desarrollado un nuevo conjunto de expectativas sobre las empresas, muchas empresas también han tenido rapidez para reaccionar ante las nuevas circunstancias que afectan a su actividad y al personal. Entre los aspectos positivos que se han observado en los medios de comunicación se encuentran las empresas que establecen rutinas de limpieza, aumentan el personal de limpieza, ofrecen equipos de protección personal, aumentan temporalmente los salarios, proporcionan permisos remunerados a los empleados que forman parte de un grupo de riesgos, u ofrecen planes de integración.

Los datos de ISS ESG muestran que la capacidad global de las compañías para responder a las controversias relacionadas con el CoVID-19 ha superado el índice de respuesta habitual. Se ha evaluado la existencia de más de la mitad de las compañías que se enfrentan a controversias en el CoVID-19, que han iniciado medidas correctoras en línea con las expectativas citadas anteriormente, y otro 29% ha manifestado su compromiso de hacerlo.

A pesar de algunos esfuerzos alentadores por parte de los actores corporativos ejemplares, algunas empresas, debido a la falta de recursos, imaginación o preparación frente a situaciones de crisis, no son capaces de afrontar el reto. Los inversores están ahora en una posición única para alentar a las compañías que cotizan en bolsa a cumplir con las expectativas establecidas por los estándares internacionales.


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