La sostenibilidad traerá consigo “una transformación muy parecida a la que supuso MiFID II” y supone “un cambio de modelo de negocio absoluto”

Así lo expresó este jueves Carlos Magán, socio de Analistas Financieros Internacionales (Afi), uno de los ponentes en la cuarta sesión de la Semana ISR de Spainsif, que se celebra de forma virtual hasta el 8 de junio, que giraba en torno a los retos que plantea la sostenibilidad para los asesores financieros.
“Vamos a tener que entender lo que quieren nuestros clientes o, mejor dicho, explicarles qué es lo que van a querer en función de los nuevos productos existentes”, señaló Magán, que añadió que “en tres, cuatro o 5 años, hablaremos de una industria bastante distinta, y creo que para bien”.
Los asesores deberán conocer a los proveedores de datos no financieros, “cómo es esa información que facilitan y cómo podemos homogeneizarla, que es muy complicado. Debemos ser conscientes de que a partir de ahora nuestros departamentos de riesgo tienen que controlar también las decisiones que tomamos sobre la sostenibilidad. Esto no solo va de inversiones, sino también de control de riesgos de sostenibilidad. Pero es que además tenemos que definir el producto sobre el que vamos a asesorar: qué complicaciones tiene elegir un producto artículo 8 según el Reglamento de Divulgación [en el que encajan aquellos fondos que promueven las características ESG en su proceso de inversión] o uno artículo 9 [más exigente, ya que etiqueta a los fondos que poseen un objetivo sostenible], en función de las estrategias; qué repercusiones va a tener eso sobre la rentabilidad y el riesgo que asume nuestro cliente”. Al mismo tiempo, señaló, estos profesionales deben entender bien si están comprendiendo las necesidades de ese cliente, y si las están canalizando a través de las estrategias correctas.
Desde el punto de vista de Pablo Alonso, presidente de Eurocapital Wealth Management, el reto es la medición. “No contamos con unos estándares de datos de referencia. En nuestro caso, no tenemos producto propio, sino que elegimos fondos de terceros, y cada fondo viene con un rango de ratings totalmente diferente. Nuestra actividad diaria consiste en poner esto en contexto”, y comparar unos productos con otros. “Realmente esto va a ser un caos para el inversor final; yo puedo presentarle un informe explicando que me gusta determinado fondo frente a este otro, porque tiene estos ratings; pero mañana puede venir otro asesor explicándole que él ha valorado esos mismos fondos de otra forma. Eso va a crear un poco de caos, una cierta confusión”. Por eso, Alonso pide al regulador “que aplique unos estándares”. Obviamente, la clasificación ya puesta en marcha dentro del Reglamento de Divulgación, con los artículos 9, 8 y 6 “ha ayudado un poco”, pero Alonso ha puesto de relieve que determinados clientes institucionales buscan una “materialidad” del impacto. “Quieren que midamos el impacto que está teniendo su cartera de inversión en ciertos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y que lo cuantifiquemos; cuántas toneladas de carbono, cuántos litros de agua hemos ahorrado, cuánta energía limpia hemos generado. Ese es, desde nuestro punto de vista, el principal reto”, explicó.
A esa falta de estandarización para la información ESG (sobre aspectos ambientales, sociales y de gobernanza, por sus siglas en inglés) aludió también Guimel Llano-Farias, directora de selección de fondos en OFI AM, considera que los grandes retos tienen mucho que ver “con los distintos métodos entre unos y otros gestores, y para los asesores, o las empresas que, como OFI, manejan fondos de fondos o mandatos. El desafío será el de homogeneizar toda esa información con fondos que tienen métodos muy diferentes”. Apuntó, además, a los proveedores de información: “La dificultad va a ser para los gestores: dónde van a encontrar la información necesaria para hacer el reporting, ya que a día de hoy es bastante difícil encontrar esos datos”. Al mismo tiempo, a Guimel le parece un desafío “alinear el rendimiento financiero con todos estos aspectos extrafinancieros, sobre todo cuando se seleccionan fondos que tienen benchmarks [índices de referencia] que no son ESG”. El cliente, ha explicado, va a pedir ese rendimiento, además de un reporting sobre los aspectos de sostenibilidad.
Fernando Ibáñez, cofundador y director general de Ética Patrimonios, ha señalado que el gran objetivo está ligado a la gobernanza dentro de las propias entidades: “Todo esto tiene que estar alineado desde arriba, desde el consejo de administración, creo q estamos dejando de lado esta parte”. Los consejeros y director de la entidad, deben entender de qué trata la regulación sobre sostenibilidad para poder integrarla, ha comentado.
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