Spainsif Talks con Dª Pilar Vila, Directora de Comunicación de Schroders - Spainsif
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Spainsif Talks con Dª Pilar Vila, Directora de Comunicación de Schroders

 

Entrevistamos a Dª Pilar Vila, Directora de Comunicación de Schroders

“Inversión en Alimentación y agricultura”

  1. Cuando escuchamos estas dos palabras “Alimentación y agricultura” es inevitable pensar en cuestiones como el aumento de la población, las emisiones de la producción agraria, el uso de fertilizantes… ¿Cuál es el enfoque en Schroders? ¿En el espectro de la inversión sostenible, se trata de un enfoque social y/o ambiental? En Schroders creemos que los sistemas de alimentación y agua mundiales tienen que evolucionar hacia un futuro de producción menos contaminante, a la par que más eficiente, para poder cubrir las necesidades sociales de una población en aumento. En este sentido, nuestro enfoque de inversión es dual, es decir tanto social como ambiental. Esto se fundamenta sobre la idea de que el sistema mundial de producción de alimentos y agua se verá sometido a una intensa presión en los próximos años debido a dos factores distintos. En primer lugar, se prevé que la población mundial crezca de los siete mil millones actuales a ocho mil millones en 2030 y a casi diez mil millones en 2050. Producir suficientes alimentos para la población será un gran reto, el WWF estima que necesitaremos producir más alimentos en las próximas cuatro décadas que en los 8.000 años de historia de la humanidad hasta ahora. En segundo lugar, en su estado actual, el sistema de alimentos y del agua no es sostenible desde el punto de vista medioambiental por las emisiones de carbono, la utilización del agua, la biodiversidad, los deshechos y la salud. En este sentido. es probable que los efectos del cambio climático provoquen patrones meteorológicos imprevisibles, lo que supondrá una presión adicional sobre las tierras de cultivo y los suministros de agua dulce. A todo esto, se une un nuevo factor de incertidumbre derivado de la invasión de Ucrania y sus implicaciones para el suministro de fertilizantes y alimentos. Si no se controla, esto podría tener repercusiones extremadamente negativas en todo el mundo. Rusia y Ucrania representan conjuntamente alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo y, además, Rusia también es uno de los principales proveedores de los recursos que se emplean en los productos fertilizantes, como el nitrógeno, el fosfato y la potasa. Las sanciones impuestas por Occidente afectarán el comercio de estas materias primas, lo que repercutirá en el rendimiento de los cultivos en todo el mundo. Pero, incluso sin estos dos tres retos, está claro que el actual sistema de alimentación y agua no es adecuado nutricionalmente hablando. En la actualidad, alrededor de dos mil millones de adultos en el mundo tienen sobrepeso. Desde el punto de vista de la inversión, prevemos que estos tres cambios estructurales -mayor rendimiento y eficiencia, cambios en la dieta y reducción de residuos/emisiones- darán lugar a una gran cantidad de oportunidades en toda la cadena de valor de los alimentos y el agua (desde el uso de la tierra hasta la alimentación animal, pasando por la producción de alimentos, el procesamiento y la tecnología, el transporte, la venta al por menor, el envasado y el reciclaje de residuos, tiene un papel que desempeñar en la transformación del sistema en su conjunto. Del mismo modo, el análisis y la gestión del agua, el equipamiento y la captación, el tratamiento, la infraestructura y el reciclaje deberán cambiar drásticamente a medida que este recurso se vaya agotando).

2. ¿Qué volumen de inversión es necesario para abordar estos retos? ¿Existen suficientes proyectos/empresas invertibles o nos enfrentamos a un déficit de flujos de capital? Se necesita una gran cantidad de inversiones para hacer que el sistema sea sostenible. Calculamos que es necesario gastar 30 billones de dólares en las diferentes cadenas de valor de los alimentos y el agua para 2050. Además, existe una tremenda desconexión entre la inversión necesaria y la capitalización de mercado actual de las empresas de determinados sectores de la alimentación y el agua. Por ello, vemos potencial para obtener atractivos beneficios invirtiendo en las empresas que tienen los productos y las tecnologías para hacer realidad este cambio.

De hecho, ya estamos viendo cómo la tecnología orientada a la resolución de problemas en estos sectores está cada vez más extendida, los consumidores son más conscientes de la salud y el medio ambiente, y los gobiernos empiezan a centrarse en la sostenibilidad de los alimentos, no sólo en la seguridad alimentaria.

3. ¿Qué información/herramientas existen para trabajar sobre estos temas desde la gestión de activos? (indicadores, índices…) Combinamos los datos de nuestras herramientas propias con las métricas externas de agencias de calificación de terceros y la información disponible públicamente sobre las empresas de la cartera. Esto aporta mayor transparencia y comparabilidad a nuestra evaluación de las características de sostenibilidad de nuestros fondos. La ventaja de utilizar nuestras propias  herramientas es que tenemos pleno acceso, control y comprensión de la metodología en que se basan. Hemos desarrollado un conjunto de herramientas de análisis propias, denominado impactIQ, basándonos en más de 20 años de experiencia en inversión sostenible. A través de impactIQ, examinamos las externalidades de las empresas, los riesgos que las prácticas insostenibles suponen para su negocio, así como su alineación general con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU. Una de las herramientas que componen impactIQ es Sustainex, que ha sido reconocida y premiada externamente. Parte de la base de que todas las empresas tienen un impacto en la sociedad, tanto positivo como negativo. Estos impactos aún no se reflejan en sus estados financieros, pero esto está cambiando. Hoy en día, con el creciente escrutinio de los efectos de las empresas sobre el medio ambiente y la sociedad en general, los gobiernos y los reguladores están empezando a tomar medidas drásticas contra el comportamiento perjudicial de las empresas. Al mismo tiempo, las expectativas de las personas respecto a las empresas están cambiando, lo que afecta a las empresas para las que trabajan, las marcas que eligen y la presión que ejercen. Como resultado, las empresas tienen que pagar cada vez más estos costes, directa o indirectamente. No se trata de un ejercicio teórico; en la última década lo hemos visto a través de la subida de los salarios mínimos y la introducción de impuestos sobre el carbono, estableciendo costes financieros en lugar de externalidades que antes no tenían precio. SustainEx pone un valor financiero a los impactos que las empresas tienen en la sociedad y permite evaluar las consecuencias financieras de estos impactos en su rentabilidad. Es el equivalente a entregar una factura o dar una nota de crédito a final de año a la junta directiva de la empresa que refleje los costes y beneficios que han creado para la sociedad, y que hoy no se les ha pagado o cobrado. En términos económicos, cuantifica las externalidades que una inversión crea para las partes interesadas.   4. ¿Cómo se pueden abordar los retos en alimentación y agricultura desde la inversión sostenible desde un punto de vista de procesos de inversión? ¿Se utiliza algún tipo de estrategias de inversión en concreto? ¿Y tipos de gestión? En 2021 lanzamos el fondo Schroder ISF Global Sustainable Food and Water precisamente para hacer frente a este reto. Mediante la gestión activa, el equipo gestor, liderado por Mark Lacey, invierte en empresas de todo el mundo que contribuyen a la transición hacia el suministro sostenible de alimentos y agua. Invierte en ámbitos como la gestión del agua, los equipos agrícolas, los insumos agrícolas, la producción, el procesamiento, el envasado y la distribución de alimentos, el comercio minorista de alimentos y agua y el reciclaje. Además, el equipo gestor mantiene un compromiso directo con las empresas en las que invierte para ayudarlas también a identificar, abordar y mejorar las áreas de debilidad en materia de sostenibilidad que puedan presentar.


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