El brote actual de la enfermedad por Coronavirus (COVID-19) tiene innumerables implicaciones para la economía global y los mercados financieros. Tanto los formuladores de políticas como los inversores luchan por anticipar su impacto en términos de su escala y duración, y a su vez calibrar su respuesta. Más allá de los problemas de las cadenas de suministro interrumpidas, un menor crecimiento económico, una política monetaria más acomodaticia y mercados bursátiles volátiles, en su centro COVID-19 es una emergencia humana.

Las empresas tienen que tomar decisiones muy importantes sobre sus responsabilidades con sus empleados, sus clientes y sus proveedores, así como con sus accionistas. Para los inversores interesados en la sostenibilidad, la pandemia de COVID-19 es una oportunidad para ver cómo las empresas están reaccionando a una prueba repentina y dramática de sus modelos de negocio y evaluar cómo están sopesando los intereses de sus diferentes partes interesadas.
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