Hemos llegado a un punto de inflexión respecto a cómo los inversores piensan sobre la aplicación de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) en mercados emergentes.

Hasta ahora la gobernanza había sido clave, pues está relacionada con la habilidad y disposición a pagar de un país. De hecho la calidad de las instituciones, Estado de derecho y estabilidad política, pueden mejorar la resiliencia, como durante las crisis económicas. Pero en el entorno actual, desde hace un año, hemos visto que ha aumentado la importancia de lo social, a lo que en el pasado no se le daba tanta importancia para la credibilidad de la deuda de los mercados emergentes. De hecho algunas de las rebajas de calificación crediticia en 2020 están relacionadas con el descontento social, atribuible a la desigualdad, falta de capacidad de los sistemas de salud y despliegue de vacunas.
El cambio climático puede sobre todo afectar a las economías emergentes
Además, por supuesto, como gestores de largo plazo, tenemos la convicción de que el crecimiento económico debe ir más allá del PIB y tener en cuenta que la destrucción “excesiva” de la riqueza natural perjudica el crecimiento potencial.
Así que hay que tener en cuenta lo material que el cambio climático puede ser para los mercados emergentes a medio y largo plazo. Según el estudio conjunto de Pictet AM con Oxford Smith School of Enterprise and the Environment “Climate Change and Emerging Markets after Covid-19”, la correspondiente pérdida de PIB per cápita puede afectar a todos los países, en diferente grado, pero más a los emergentes. Así India, con las actuales políticas, puede llegar a perder 60% de su PIB potencial hasta 2100. A ello contribuyen sus patrones de tiempo y una estructura de su economía muy dependiente de la manufactura y agricultura, con gran cantidad de costa, siendo muy sensible a variaciones en los patrones de agua. También la economía de Brasil se vería muy afectada, por encima de la pérdida promedio mundial del 42 %. Para finales de este siglo dos tercios de este país podrían clasificarse como áridos, perjudicando las cosechas y la producción de energía, pues la hidroeléctrica representa 60 % de su suministro eléctrico. A problemas similares enfrentan México, Indonesia y Sudáfrica. Sin embargo China sólo perdería algo más del 10% de su PIB y Rusia podría ser una excepción, con impactos positivos por extensión de tierras de cultivos, aunque podría verse contrarrestado por menores exportaciones respecto al petróleo.
De manera que ya estamos viendo aumento de emisiones de bonos verdes y de sostenibilidad de mercados emergentes. Chile va emitir bonos ligados a la sostenibilidad en 2021 y Egipto ya emitió un bono verde en 2021 con demanda de suscripción cinco veces mayor que la oferta.
Mas allá de la puntuación World Bank Governance Indicator
Por tanto, para la evaluación soberana, hay que ir más allá de los indicadores de riesgo-país y la puntuación de gobernanza de (World Bank Governance Indicator) e integrar criterios ASG en cada etapa del proceso de inversión. Para ello contamos con indicadores propios, que incluyen datos de Verisk Maplecroft y Global Footprint: ambientales (calidad del aire, cambio climático, calidad del agua y otros), sociales (capacidad del sistema de salud y esperanza de vida, educación, capacidad de innovar y calidad de las instituciones de investigación científica, tendencias de la población en edad de trabajar, igualdad de género y otros), así como propios de gobernanza (estabilidad del gobierno, eficacia del sistema regulatorio, independencia del proceso electoral, disturbios civiles, corrupción y derecho a la privacidad, corrupción, independencia judicial y otros). En cualquier caso la experiencia de nuestros gestores es necesaria para determinar en qué grado estos factores resultan significativos, hasta el punto de que nuestras puntuaciones soberanas en ASG tienen baja correlación con las calificaciones Country Moody’s.
Colaboración con los gobiernos soberanos
Para ampliar la visión de los acontecimientos sociales y económicos de los países uno de los métodos que utilizamos es fomentar la colaboración con EMpower, organización sin ánimo de lucro respetada e innovadora centrada en los jóvenes de economías emergentes. Así que mantenemos contacto con los responsables de sus programas en regiones y países clave, lo que nos ofrece una perspectiva sobre el terreno de personas a las que, de otro modo, nunca tendríamos acceso. Es el caso de los Proyectos Mamelani de Sudáfrica. Mamelani fue fundado por un grupo de trabajadores de desarrollo comunitario para ayudar a numerosos jóvenes sin hogar de áreas urbanas subdesarrolladas de Ciudad del Cabo, criados en instituciones de acogida, con frecuencia, huérfanos o víctimas de la epidemia del SIDA. Gracias a EMpower, Robert Simpson, gestor de inversiones de Pictet AM, tuvo la oportunidad de pasar un tiempo con el director de Mamelani y observar el enfoque integral que aplica para crear capital humano local mediante apoyo emocional personalizado, educación y formación para la vida activa -incluyendo ayuda para que los jóvenes puedan organizar sus propias redes de apoyo-. Robert Simpson, cogestor de Pictet Global Emerging Debt, estuvo en Sudáfrica y, tras conversaciones con los socios locales sobre falta de financiación en las escuelas de algunas ciudades, tuvo la oportunidad de hablar con el Ministro de Finanzas sobre gasto en educación y la mejor manera de equilibrar consideraciones fiscales inmediatas con la protección de las fuentes de crecimiento a largo plazo.
Somos conscientes de que las economías emergentes se beneficiarán a largo plazo de la mejora de factores ASG y nuestro objetivo es liderar la industria en los esfuerzos de colaboración con los gobiernos soberanos, siendo previsible que otros gestores entren en este tipo de conversaciones.
Mary-Therese Barton, directora de deuda de mercados emergentes de Pictet AM

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