Expertos del Carbon Disclosure Project, Morningstar, Natixis, ECODES y CCOO desgranan las claves para llegar a una economía de cero carbono.

El pasado día 25 de abril se celebró en la sede madrileña de Cecabank un Encuentro ISR de Spainsif sobre la huella de carbono de los activos financieros, que conformó una mesa redonda donde participaron Blanca Moreno, Project Officer investor engagement del Carbon Disclosure Project (CDP); Fernando Luque, Senior Financial Editor de Morningstar; Almudena Mendaza, Responsable de Ventas para Iberia de Natixis Investment Managers, y Leo Gutson, Director de Negocio Responsable, Ecología y Desarrollo de ECODES, moderados por Mario Sánchez Richter, Economista de la Secretaría de Políticas Públicas y Protección Social de Comisiones Obreas.
En la presentación del encuentro, Juan Carlos López, responsable de Sostenibilidad y Relación con Inversores de Cecabank, dio la bienvenida a los casi 40 asistentes al evento, invitándolos a reflexionar con exigencia sobre el impacto del cambio climático en un momento clave, marcado por una especial sensibilización y exigencia de los inversores en sus decisiones relacionadas con la reducción del impacto ambiental. El director general de Spainsif, Javier Garayoa, destacó asimismo el nivel de los expertos de la mesa redonda, así como la importancia de avanzar en la medición, y sobre todo en la gestión, de la huella de carbono en el marco de la apuesta europea tanto por la lucha contra el cambio climático (marcada por los Acuerdos de París), como por las finanzas sostenibles.
Durante la mesa redonda, Mario E. Sánchez Richter, tras repasar los retos y acuerdos internacionales en materia de cambio climático, invitó a reflexionar conjuntamente sobre el camino hacia un camino verde (que Leo Gutson definió como “economía de cero carbono” y Almudena Mendaza situó en una economía que pusiera el foco en los riesgos de transición hacia ese modelo), y se mostró complacido de que se impulse una neutralidad regulatoria en la industria financiera.
Mendaza explicó el modelo de inversión multigestora de Natixis, que cuenta con la ISR como uno de sus pilares estratégicos y específicamente apuesta por una gestora de inversión sostenible como Mirova. De igual modo, invitó a considerar la huella de carbono en el ciclo de vida de los activos financieros.
En este sentido, Blanca Moreno comentó que la huella de carbono aporta información sobre cómo están las empresas, pero no hacia dónde se dirigen, por lo que reclamó poner el foco en la gestión, y “pasar de la fotografía al vídeo”. Moreno invitó a completar las métricas incorporando a la huella de carbono otras consideraciones de impacto y riesgo ambiental, considerando cómo determinadas empresas e industrias se están acercando más o menos a los objetivos del COP21. Todos los expertos coincidieron en la importancia de la taxonomía sobre finanzas sostenibles que prepara la Comisión Europea y del desarrollo de un estándar de bonos verdes.
Fernando Duque afirmó que, si bien el nivel 1 y el nivel 2 de medición de la huella de carbono (que él prefiere denominar “riesgo de carbono”) están bien representados, el nivel 3 suele quedar fuera del alcance de impacto, por lo que es un reto mejorar la implicación tanto de inversores en la exigencia como de gestoras en la transparencia. Asimismo, coincidió con Almudena Mendaza y Blanca Moreno en que resulta clave incorporar a las PYME y a los mercados emergentes en este esfuerzo.

Todos describieron sus sistemas de rating, destacando por parte de Mendaza los análisis específicos empresa-a-empresa y con enfoque bottom-up, y por parte de Duque los ratings de sostenibilidad asociados a los fundamentos de rentabilidad que despliega por ejemplo en la plataforma de fondos de Spainsif. Moreno comentó en este sentido cómo utilizando sus ratings “CLIMETRICS”, evalúan más de 4.500 fondos europeos cada mes, lo que representa tres trillones en inversión en fondos.
En el debate sobre si desarrollar a la par indicadores de huella social y ambiental, que Morningstar incorpora en su rating, los expertos coincidieron en la complejidad de acometer el desarrollo de ambos a la par, aunque Gutson demandó trabajar la taxonomía y los indicadores a medida que se sientan las bases regulatorias.
Durante el debate, muy participativo con el público, se hizo incidencia en la necesidad de que estos ratings sean dinámicos, se pongan en relación con la rentabilidad en la medida en que se reducen riesgos ambientales a largo plazo, y se desarrolle el engagement, particularmente en los private equity, para que la información más sensible salga a la luz.
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