El tercer Observatorio de la Inversión organizado por MERCA2 el pasado 4 de julio pivotó sobre la Inversión Socialmente Responsable (ISR), una manera de gestionar los activos que más que una tendencia se convertirá en un fin.
En la mesa redonda participaron cuatro ponentes con un amplio conocimiento en la materia. Por un lado, el director general de Spainsif (plataforma de encuentro y referencia en materia de ISR en España), Francisco Javier Garayoa. Por el lado de las gestoras, el director de ISR de Santander Asset Management, David García; la directora de Marketing y Comunicación de Schroders, Pilar Vila; y el director de Desarrollo de Negocio de Allianz Global Investors, Jesús Ruiz.

LA EXPLOSIÓN DE LA ISR
Si bien la inversión socialmente responsable lleva más de 20 años en los mercados, es cierto que en el último lustro ha vivido un crecimiento exponencial. No hay un solo factor que haya actuado como enzima, sino un cúmulo de ellos.
“Nuestra industria ha dado sentido financiero a la ISR”, añadió David García. “Eso es consecuencia de la madurez de este tipo de inversiones”, apuntillo el directivo de Santander Asset Management.
Otro de los factores aceleradores ha sido la rentabilidad. No hay que olvidar el objetivo principal de la inversión: lograr un retorno para el inversor. “En el momento en el que el mito de la baja rentabilidad cae, en el momento que se desliga la filantropía de la inversión ASG, se empieza a poner en valor este tipo de inversiones”, señaló el director de Spainsif.
Este movimiento no sería posible sin el cambio en la sociedad. El directivo de Allianz Global Investors indicó dos cambios sociales trascendentales. El primero, las nuevas generaciones. “Los millennials han declarado abiertamente una mayor sensibilidad hacia este tipo de inversiones”, dijo Jesús Ruiz. El segundo, las mujeres. “Nunca ha habido tanto peso de la mujer en la toma de decisiones de inversión como en esta generación; además de ser un inversor más racional a largo plazo, es mucho más sensible ante este tipo de cuestiones”, explicó. David García hizo un especial hincapié en el inversor institucional. “Ha sido el motor de crecimiento de este tipo de inversiones; fueron los primeros en ver potencial”, afirmó.
Los cuatro ponentes destacaron el papel de los reguladores y los países. El Acuerdo de París (2015), el Plan de Acción sobre Finanzas Sostenibles o los Principios para la Inversión Responsable (PRI, por sus siglas en inglés) de Naciones Unidas a los que se han suscrito más de 2.000 gestoras (la mitad europeas) son los más relevantes.

EL FUTURO DE LA ISR
Para hacerse una idea de la relevancia que ha tomado la ISR en España, los datos de Spainsif. Hace cuatro años creó una plataforma de fondos para dar visibilidad de productos ASG puros, es decir, apuntados en el registro de fondos nacionales éticos de la CNMV. En sus comienzos rondaban los 50 fondos, hoy hay más de 3.000. “Hemos percibido que algo cambiado en el mercado; las gestoras han detectado un incremento muy importante en la demanda”, indicó Francisco Javier Garayoa.
David García fue el más optimista y rotundo. “Soy un firme convencido de que de aquí a diez años estaremos hablando de las inversiones en las que se aplican cuatro ejes de análisis: financiero, ambiental, social y de buena gobernanza”. Jesús Ruiz tiró de prudencia. “Se va a incorporar de forma natural, aunque sí creo que lo que perdurará todavía durante un tiempo será la etiqueta ISR para distinguir aquellos fondos o estrategias que vayan un pasito más allá”, dijo.
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